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Galicia: pruebas abrumadoras confirman que la nena fue asesinada por sus padres

Galicia: pruebas abrumadoras confirman que la nena fue asesinada por sus padres

El juez instructor presentó ayer pruebas abrumadoras, “capaces de sorprender a los imputados y sus letrados” que confirman elasesinato de la nena de doce años, Asunta, por sus padres. Estos indicios los fue revelando el magistrado en el interrogatorio realizado ayer a la madre de la víctima, la abogada Rosario Porto, 44 años, y el padre, Alfonso Basterra, periodista de 49 años. Ambos adoptaron en China a la nena cuando tenía nueve meses y, años después, se divorciaron.
Los acusados negaron haber perpetrado el crimen pero el juez José Antonio Vázquez Taín no creyó en sus versiones, "coincidentes hasta en sus errores”, y decretó la prisión preventiva incondicional y sin fianza de los acusados por el “delito de homicidio y posible asesinato, a la espera de los resultados de la toxicología”.
La denuncia de la abogada por la desaparición de Asunta establecía un horario que se reveló como falso ante las imágenes de una cámara de seguridad policial. Fue este hecho el que llevó al juez instructor a decretar la prisión preventiva de Rosario Porto por homicidio. Miembros de la policía judicial de la Guardia Civil la detuvieron después de la ceremonia de cremación del cuerpo de Asunta.
Cuando la madre de la víctima repitió su declaración ante el juez sobre la desaparición de su hija el magistrado le mostró imágenes de cámaras urbanas que la grabaron, pasadas las ocho de la tarde, en el automóvil familiar. Se observan claramente las imágenes de la madre manejando y Asunta sentada a su lado.
El vehículo salía de Santiago de Compostela en dirección al chalet familiar en Montouto, distrito de Teo (La Coruña). Estas contundentes pruebas impactaron a la acusada y a todos los presentes en la sala de audiencias. La abogada cambió entonces sus dichos. Reconoció que había llevado a su hija con ella al chalet y que perdió su rastro cuando regresaban a Santiago de Compostela.
Explicó, visiblemente turbada, que había dejado a Asunta en la plaza del Doutor Puente Castro, en donde desembocan las calles donde está ubicada su residencia en Santiago de Compostela y el departamento de su padre en la calle de la República Argentina. “Desde entonces no tuve más noticias de ella”, dijo Rosario Porto al juez.
Pero su declaración fue cuestionada por un testigo clave que hasta ayer no se conocía. Se trata de un vecino del chalet familiar de la abogada que aseguró que encontró a Rosario Porto cuando salía con su coche del chalet “sola y muy apresurada”.
Le dijo: “Tengo mucha prisa y voy a recoger a la niña”. El vecino aclaró que el encuentro se produjo entre las “nueve menos cuarto y las nueve menos diez de la noche”. Como ya había oscurecido el vecino aconsejó a la abogada que “encendiera las luces del coche, porque las llevaba apagadas”.
Estos acontecimientos confirmaron al juez que Rosario Porto y Alfonso Basterra mentían alevosamente al declarar sobre las circunstancias de la desaparición de su hija.
Otra prueba muy importante para el juez es que la cuerda de color naranja utilizada para atar de pies y manos a Asunta coincide con un cordel encontrado en una bobina por la Guardia Civil cuando realizó su primer registro en el chalet familiar.
Además en la autopsia preliminar los médicos forenses precisaron que la nena no fue objeto de una agresión sexual. Estaba drogada y había sido asfixiada por sofocación con una almohada u objeto parecido. En su rostro presentaba restos de un compuesto químico que había acelerado la asfixia.
Según comunicó el Tribunal Superior de Justicia de Galicia, la imputación de los progenitores puede elevarse al grado de asesinatos si queda probado “que hubo dolo y premeditación”. Para ello el juez espera los resultados definitivos de los análisis de laboratorio realizados al cadáver que  pueden confirmar que la nena fue drogada con Diazepán el mismo fármaco que ingería la madre Rosario Porto, internada durante tres meses en una clínica psiquiátrica con un cuadro agudo de ansiedad y depresión. En la sangre, estómago y orina los forenses encontraron restos de Diazepán.
Asunta Fang Yong Basterra Porto, falleció a los 12 años y en la madrugada del domingo sus restos fueron encontrados por unos jóvenes que paseaban por la pista rural ubicada en el distrito de Teo, La Coruña. Los chicos avisaron de inmediato a la Guardia Civil. Los guardias acordonaron la zona y realizaron un prolijo registro del escenario del crimen.
Al efectuar la denuncia el domingo por la noche sobre la desaparición de su hija, la abogada Rosario Porto asegura que la dejó en el departamento familiar ubicado en el centro de Santiago de Compostela. A las siete de la tarde, cuando se separaron estaba haciendo sus deberes.
Añadió que efectuó unas compras y después se dirigió a la finca con un lujoso chalet ubicada en Montouto,  distrito de Teo, de la que es propietaria. Al volver a su departamento de Santiago encontró que alguien había colocado la alarma y cerrado la puerta principal con llave. Asunta no estaba.
La abogada dijo a la Guardia Civil que entonces llamó a su esposo y después de “esperar un tiempo prudente y consultar a unos conocidos” se dirigieron a realizar la denuncia portando fotografías de Asunta. En ese momento, la abogada atrae las primeras sospechas de los experimentados guardias al relatar un extraño suceso ocurrido en julio pasado.
“Manifestó que por descuido dejó puestas las llaves de su  departamento en Santiago de Compostela. A las 2,30 de la madrugada oyó gritar a su hija y cuando se levantó y acudió a ayudarla encontró un intruso de 1,60 de estatura, complexión fuerte, vestido con ropas oscuras y guantes de latex”, confió una fuente de la investigación..
El individuo intentaba asfixiar a Asunta y cuando la madre se abalanzó sobre él, según declaró a la Guardia Civil, éste la empujó contra una pared y sufrió un fuerte golpe en la cabeza. Pero, insólitamente, la abogada acordó con su ex marido no alertar a la policía, como era lógico,  ni denunciar los hechos  para no provocarle “un trauma” a la nena.
La secuencia de los hechos permite deducir a los investigadores que el asesinato de Asunta se produjo el sábado pasado en el chalet familiar ubicado en Montouto, distrito de Teo. La nena  llegó en coche con su madre y el padre las esperaba. El sedante Diazepán se lo habrían suministrado durante  la comida. Cuando la víctima quedó postrada completamente la ataron de pies y manos con una cuerda que sacaron de una bobina que se utiliza en tareas rurales. Después la asfixiaron.
El cadáver fue transportado entre cuatro y cinco kilómetros hasta la vecina pista forestal donde lo dejaron. Tuvieron que abandonar precipitadamente el lugar ante la presencia de un vecino que tiene la costumbre de realizar un paseo nocturno por la zona.

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